Qué debemos tener en cuenta al crear una acción promocional

El marketing promocional se encuadra dentro de lo que se llama publicidad no convencional. Es decir, no se rige por los cánones publicitarios puros que consisten en adquirir espacio en los medios tradicionales para lanzar nuestro mensaje, sino que este llega al consumidor final por otras vías menos generalistas.

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Precisamente, debido al uso de estas vías menos generalistas, resulta vital comprender los aspectos más importantes del márketing promocional y así poder tomar las decisiones estratégicas necesarias a la hora abordar cualquier proyecto de este tipo.

Una campaña de márketing promocional se caracteriza por reunir los siguientes elementos:

– Reúne un conjunto de acciones con un mismo sello distintivo (vital para el reconocimiento de nuestra marca por parte del consumidor final).
– La suma de un estímulo extra al producto (que en la mayoría de los casos consiste un regalo promocional). El público percibe así el producto más el “plus promocional” que le aporta al primero un valor añadido. En muchas ocasiones, es este valor añadido el auténtico gancho y motor de la decisión de compra del consumidor.
– Deben poseer un objetivo bien definido (entre los más habituales se encuentran la activación de las ventas de nuestros productos o la fidelización de nuestros clientes).

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Todas las acciones promocionales que llevemos a cabo deben seguir una estrategia planificada y formar parte del plan de márketing de la empresa. Para ello, debemos definir en primer lugar el objetivo final de nuestra campaña promocional. Los objetivos más comunes suelen ser los siguientes:

– Introducir nuevos productos en el mercado
– Dar salida al exceso de stocks
– Obtener liquidez a corto plazo
– Crear barreras a la competencia

Una vez fijado nuestro objetivo, debemos decidir entonces el estímulo promocional que aplicaremos en nuestra acción promocional. Dicha elección la tomaremos teniendo en cuenta varios aspectos cruciales como el posicionamiento de nuestra marca, la actitud de nuestro target, el canal por el que este tendrá acceso a nuestra acción promocional y los medios por los que comunicaremos dicha acción.

Todas las acciones promocionales que llevemos a cabo deben seguir una estrategia planificada y formar parte del plan de márketing de la empresa. Además, debe estar limitada en el tiempo. De no ser así, la acción dejará de estimular al target porque este considerará al estímulo promocional algo inherente al producto. Esta limitación de tiempo exige una estricta y rigurosa planificación, ya que el más pequeño error puede disminuir el efecto de la acción y echar a perder todo el tiempo y el esfuerzo que le hemos dedicado.

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Y, por último aunque no por ello menos importante, una vez nuestra acción o campaña promocional haya terminado, resulta esencial realizar una medición lo más exacta posible de los resultados obtenidos para analizar si hemos conseguido el objetivo inicial que nos habíamos en un principio.

Publicado el 3 junio, 2016 en Sin categoría

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